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Un fútbol femenino en huelga escapa de su oasis

Éxito, difusión mediática y un interés generalizado han actuado como el agua y la vegetación que fertilizaban un terreno arenoso. No era un espejismo, sino el estado de calma y euforia previo al asentamiento de unas bases sólidas exigibles.

El 18 de mayo de 2019 el Fútbol Club Barcelona se convertía en el primer equipo español en alcanzar una final de la UEFA Champions League. Pude vivir de cerca lo que ha supuesto la evolución del fútbol femenino en la última década. Al fin y al cabo, allí estaba, en Budapest, consciente de estar haciendo historia con una sonrisa contagiada por uno de los ambientes más sanos que puedan experimentarse en el universo futbolístico. Ada Hegerberg, MVP de la final, anotó un hat-trick que daría la victoria a su equipo. El Olympique de Lyon tocaba el cielo de Europa por cuarto año consecutivo. En menos de la mitad de un año después observamos con una ilusa extrañeza un fútbol femenino en huelga tras 13 meses de negociaciones y un acuerdo de Convenio Colectivo sin acordar.

Un mes más tarde se hacía oficial la compra del CD Tacon por el Real Madrid de Florentino Pérez. El fútbol femenino entraba en una nueva dimensión, titularon. La de la atención de los medios que desoían a este deporte porque el éxito nunca sería propio. Quizá tengamos que suponer que la magnitud de la Copa del Mundo Femenina de la FIFA Francia de 2019 no fue lo suficientemente convincente. Según la auditoría de Publicis Sport & Entertainment, los datos finales de audiencia de esta competición se tradujeron en un total de 1.120 millones de espectadores a través de las diversas plataformas.

Lucía García, jugadora de la selección española de fútbol femenino en el Mundial de Francia 2019. Fuente: elespañol.com. Imagen: Reuters

La escalada de la mujer a través del deporte rey en la gran mayoría de los países era evidente. Fútbol y fanatismo han comenzado a estrechar sus lazos en España. Una relación primordial en la supervivencia y consolidación de este espectáculo. Todo ello gracias al éxito y la personalización. Alex Morgan, Megan Rapinoe, Kheira Hamraoui o Shanice van de Sanden son ejemplos de una idolatría que, de a poco, ya traspasa la frontera de los colores de la indumentaria.

“Ahora podemos luchar y estamos allanando el camino a otras futbolistas”

Ainhoa Tirapu, futbolista del Athletic Club y vicepresidenta del Comité de Fútbol Femenino de la AFE

La noticia del #ConvenioFemeninoYa ha mutado esta sensación surrealista de oasis a la realidad del todavía desértico contexto. El fútbol femenino se caracteriza, pues, por una situación más que discutible en términos de derechos y equidad. “Es un día duro para mí. Pedimos unos derechos mínimos como trabajadoras. Hemos luchado para conseguirlo, hemos rebajado líneas rojas, pero no se ha conseguido nada. Ahora podemos luchar y estamos allanado el camino a otras futbolistas. No hay que ser inactivos y luchar por nuestros derechos”, declaró Ainhoa Tirapu, futbolista del Athletic Club y vicepresidenta del Comité de Fútbol Femenino de la AFE. El fútbol femenino en huelga y los aficionados y espectadores a la espera de una respuesta decente en relación a un Convenio Colectivo todavía sin acordar.

Tal y como informó la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), el 93% de las jugadoras han dado su voto a favor para que dicha asociación proceda a realizar las actuaciones oportunas para llevar a cabo las movilizaciones de las jugadoras de Primera División que permitan desbloquear las negociaciones. Las peticiones, como bien argumentó Antón Meana en el programa Carrusel Deportivo de Cadena SER, son:

  • Salario mínimo de 16.000 aceptando parcialidad de 12.000.
  • Derecho a vacaciones.
  • Derecho a paro.
  • Un protocolo de embarazo.
  • Marco de regulación por lesión.
Convocatoria en Primera Iberdrola por un fútbol femenino en huelga. Fuente: AFE.

La complejidad de la situación tiñe todos los estamentos. Parte de una fragilidad de las denominadas entidades independientes como el Logroño, Granadilla, Madrid CFF y Sporting de Huelva, supuestamente incapaces de afrontar las peticiones de las jugadoras según la información de Lorenzo Calonge para El País. Aterriza en la incrédula evidencia de un colectivo que, para empezar, solo quiere poder dedicarse profesionalmente a un deporte sin la necesidad de contemplar el pluriempleo.

Puede que sea el momento de escuchar las peticiones, más que opinar sobre ellas. Trabajar en una dirección que nos permita volver a ver partidos como el pasado FC Barcelona – Atlético de Madrid, con hasta 37 internacionales. Siempre y cuando los derechos de retransmisión y la guerra de medios nos conceda dicho privilegio, pero eso es otro cuento del que todavía no hemos aprendido la moraleja.

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© David Puertas 2019